Familia (David Calvo, publicado en Minatura 129 especial Inmortalidad)

                                                             


                                                                          

                                         FAMILIA


Tengo la sensación de que ya he vivido esto antes, lo que dadas las circunstancias es perfectamente posible.


Estamos solos en la habitación del Hospital.

Acerco el vaso a sus labios, con esfuerzo sorbe de la pajita, se atraganta y empieza a toser. Seco el agua que se ha derramado por su barbilla con un pañuelo y por un instante descubro un brillo de reconocimiento en sus ojos casi ciegos, quizás un pequeño recuerdo que el cáncer todavía no ha devorado pero esa luz, es tan breve, que apenas extinguida, ya estoy seguro de que tan sólo la he imaginado. Con un suspiro, dejo caer su cabeza sobre la almohada, lo oigo sollozar en silencio, con los labios apretados.

 Siempre fue un chico valiente. Todavía lo es. Hoy me he encontrado con su familia, con sus hijos y nietos, muy educados, casi pidiendo disculpas, me han preguntado sobre mi relación con él. Por supuesto les he mentido y les he explicado que fui alumna suya en la Universidad. Eso parece haberles satisfecho o simplemente no han querido indagar más, cualquiera de las dos posibilidades me parecen válidas.

Es hora de marchar, así que aparto los mechones de pelo gris que caen sobre su frente y beso su piel, que por alguna razón  sabe a sal, le susurro que mañana volveré y entonces sus ojos se abren, sus dedos se cierran entorno a mi muñeca y sus labios musitan “mamá, mamá” y luego sus ojos se cierran y no queda nada.

Vuelvo a casa. Cuando abro la puerta, Clara se abalanza sobre mí y yo la levanto y digo “¿dónde está mi princesa?” y ella ríe y me empieza a contar todo lo que le ha pasado en el colegio sin tomar aire para respirar. La siento sobre mis rodillas y le aparto el pelo de la frente, poso mis labios en ella y saboreo su dulzura. Me gustaría tanto pedirle perdón, confesar que no podré evitar el dolor que le causaré cuando tenga que huir de su lado pero que estaré allí con ella al final. Como he estado con todos ellos. Mis niños. Mis amados niños.

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